“Estoy de los gurús hasta las narices…
A pesar de su apariencia ruda, Alfonso era un carnicero con muchas inquietudes. Siempre tenía una visión a corto plazo, en el día a día, pero a la vez se preguntaba qué estrategias podía ir poniendo en marcha para que su negocio fuera creciendo poco a poco.
Al oír su afirmación, aunque intuía por donde iba, le pedí que me explicara por qué lo decía.
Venía de una charla sobre optimización de recursos y solo le habían hablado de soluciones que habían adoptado algunas grandes empresas. Esa sensación la había vivido yo en mis propias carnes en otra etapa de mi vida.
Aquellos gurús solían sacar tremendos listados de factores a tener en cuenta en líneas generales y desde una perspectiva global, planificaciones estratégicas a medio y largo plazo, tendencias de consumo según el panorama actual y el venidero. Hablaban de factores de riesgo, filosofía de la empresa, estrategias de expansión nacional e internacionalización, etc.
Y uno salía de aquellas charlas, algunas de ellas con su correspondiente coste, bastante impresionado, con mucha energía y altas dosis de motivación. En la cabeza suelen estar dando vueltas entonces bastantes conceptos interesantes, algunos novedosos, pero la mayoría si no todos, inaplicables o muy difícilmente trasladables al caso particular de cada pequeño negocio, de esos que están a pie de calle y al entrar te saluda y te atiende Antonio o Fina.
Sí, desanima. Porque cuando uno decide que ha llegado la hora de ponerse las pilas y siente la inquietud de impulsar su negocio, espera encontrar por algún lado soluciones concretas que pueda poner en marcha cuanto antes. Acciones adaptadas al tipo de negocio que uno tiene y con las circunstancias concretas que a cada uno le rodean.
Lo que me planteé al iniciar este libro era ante todo poner un amplio abanico de ideas e iniciativas a disposición de los comerciantes, para que cada uno cogiera aquella que le pudiera dar mejor resultado y se lanzara a ponerla en marcha. Sin más.
Por otro lado, se pretende ofrecer las herramientas necesarias para que cada comerciante pueda ser su propio consultor de marketing y ventas, y pueda ejercer esa función por él mismo. A fin de cuentas, nadie como él va a conocer mejor su propio negocio.
Podemos quejarnos que todo está mal, ir a mil conferencias o leer cientos de libros, pero llega un momento en que hay que arremangarse y ponerse a trabajar.
Pues si sientes que es la hora de actuar, vamos a ello.”
Con la firme determinación de sacar un libro que fuera un manual práctico de acciones que impulse los negocios, Luis Munera publica Despierta Comercio